Pensando en las cosas chiquiticas, en los seres pequeños, las mujeres menudas con piernas delgadas, hijares puntiagudos.
Supongo que lo más menudo en realidad es lo que pretende ser grande.
Los mares sí son ininteligibles, por su inmensidad.
Ellos sí.
Pero se hacen los chiquitos con sus lenguetazos perennes.
Las cosas chiquitas son para mí una palabra nueva aprendida en alemán. Es una cosita, claro, entre
la inmensidad del lenguaje, entre las infinitas formas que permiten los elásticos materiales del tiempo
del habla.
Las cosas chiquitas, para los pobres, siguen siendo chiquitas, jamás van a ser grandes, aunque
con ahínco junten un centavo, y otro, y otro.
Es así para mí y la mirada que anhela poseer esa inmensidad, que es como los cinco océanos juntos, que está llena de palabras compuestas, que empiezan por SCH,
nunca reparé, nunca, antes de venir a esta tierra sombría.
Supongo que lo más menudo en realidad es lo que pretende ser grande.
Los mares sí son ininteligibles, por su inmensidad.
Ellos sí.
Pero se hacen los chiquitos con sus lenguetazos perennes.
Las cosas chiquitas son para mí una palabra nueva aprendida en alemán. Es una cosita, claro, entre
la inmensidad del lenguaje, entre las infinitas formas que permiten los elásticos materiales del tiempo
del habla.
Las cosas chiquitas, para los pobres, siguen siendo chiquitas, jamás van a ser grandes, aunque
con ahínco junten un centavo, y otro, y otro.
Es así para mí y la mirada que anhela poseer esa inmensidad, que es como los cinco océanos juntos, que está llena de palabras compuestas, que empiezan por SCH,
nunca reparé, nunca, antes de venir a esta tierra sombría.
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