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Mostrando las entradas de 2013

Un cuento de fantasmas

Ya que estamos con los fantasmas, contaré la única cosa paranormal (o eso creo yo) que en realidad he experimentado. Una vez, cuando era pequeña, acompaña a mi abuela por un camino lleno de árboles que daba a casa de mi bisabuela. Las dos vivían muy cerca y mi abuela llevaba a mi bisabuela, como era ya muy vieja y no podía cocinar, café con leche (que metía en un vaso de plástico), pedazos de pan cortados rústicamente con mantequilla, algún golfiado (este es un dulce típico que tenía un sabor parecido a la miel con caramelo) , pan dulce. Y caminábamos por  ese camino ancho en el que sobresalían en sus lados unos cerros amarillos llenos de ranchos en la parte más alta, la calle solo tenía una escuela y una fábrica de refrescos abandonada donde vivían, en una casa continua, unas dos familias. La escuela, como es natural, tenía un palo de hierro muy alto y fuerte donde se izaba la bandera del colegio y donde los niños, probablemente,cantaban el himno por la mañana. El día estaba l

las sombras

últimamente veo sombras en la casa. Esquivan mis ojos cuando las miro de frente. Creo que ya le perdí el miedo a los fantasmas. A medida que va pasando el tiempo man hat so vielen Problemen und  ein Geist ist nicht so relevant uno tiene muchos problemas y un fantasma no es muy relevante. A veces pienso que me gustaría conocer en profundidad a un fantasma. Pero no porque me sale un muerto que conocía de vivo ya muy bien, sino porque se me presenta, me dice que tal y en su condición de presencia se sienta con las piernas cruzadas y me empieza a contar su vida. Repaso mentalmente todas las historias de fantasmas que he leído y todas me gustan. Creo que por eso mi genuino  ídolo de adolescente siempre fue Poe. Escribía tan bien sobre ellos... Creo que el fantasma más digno de la literatura es Baterbly: Yo me lo imaginaba mientras leía el cuento, tal cual así. Tal vez sí con la variante de una camisa gris con un discreto bolsillo de pico en la parte izquierda. Aquí  no m

La felicidad

Me gustaría definir un poco este sentimiento o estado de ánimo: "No pensar que se está hambriento o enfermo, tener algo interesante que hacer, sentirse cómodo, compartir, amar", No somos felices. Yo creo que la vida moderna con la sociedad occidental y la que no, han tejido el hilo con unas madejas confusas para la gente, le regalan mucha información para aprisionarlos, les marean y les prometen el perfeccionamiento de su especie a través de los teléfonos móviles, de la velocidad, de los trabajos de esclavitud que prometen hacerte mejor, de los sueldos miserables, de la desolación de mirarte ante la pantalla de facebook buscando amor. Yo francamente me he resitido a comprarme un teléfono con pantalla grande y táctil, podría hacerlo, pero creo (y perdónenme porque puedo parecer una testigo de Jehová) que los tiempos actuales necesitan un frenazo. No hay equilibrio y las desigualdades son injustas para los diferentes competidores (ahora puedo parecer una luchadora sin

Por las cebollas

Ayer domingo leía el periódico alemán que llega gratuitamente a nuestra casa. Generalmente no lo leo pero ayer me llamó la atención la noticia de la acusación a Steinbrücks, el competidor de Merkel, sobre el grave delito de haber contratado ilegalmente (o en negro, supongo) a la señora que le limpia la casa. En noticias cortas, un poco más abajo Egipto (me gusta esto de interpretar las noticias cuando no me entero mucho de lo que dicen porque estimulan mi imaginación, le pongo otra noticia más): Un hombre que vende frutas en un mercado de Egipto, podría ser en cualquier calle del Cairo, se encuentra, al meter la mano entre un grupo de robustas cebollas, una granada calibre 7,5. Me pareció tan poética la comparación y la imaginación que tienen algunos criminales, comparando cebollas con granadas, metiéndolas en el mismo saco de verduras, es un acto inspirador digno de cualquier reverenciado escritor. Los traficantes de drogas son otros artistas de la poesía y quien piense

Por los espacios vacíos o Francesca Woodman

Cuando hice mi tesis en el CSIC, se suponía que debía hablar de algo que me apeteciera, escribir sobre un libro, comprenderlo, relacionarlo con teorías, decir algo nuevo. De allí se me ocurrió que Álvaro Mutis era el autor sobre el que trabajaría. Leí todas sus novelas, sus libros de poemas, siempre maravillándome de su exotismo, de su capacidad de condensar la filosofía con lo caribeño, el melancólico estado de ánimo con el sol denso, furibundo que traspasa los árboles, y llega como sombra de luz a los cáñamos de los ríos profundos y majestuosos de Suramerica. El personaje Maqroll el Gaviero se encuentra al final del libro "La nieve del Almirante" con el espacio destruido, inhabitable nunca jamás de aquella choza con la que había compartido momentos memorables con su gran amor. Después de un viaje casi suicida, solventando miles de obstáculos, solo se mira ante el desastre y las ruinas. Yo no me acuerdo totalmente de mi tesis, tengo ya tres años alejada del mundo académic

Katherine Mansfield

Ahora leo a Katherine Mansfield. A medida que avanzo en su lectura puedo sentir sus palabras, creo que podemos llegar a amar verdaderamente a un discurso escrito, tanto como a una persona. No es fácil describir la fascinación pues se presenta de tantos modos... Admiro esa capacidad para enaltecer los detalles que nos rodean, no es la cotidianidad lo que impacta en su escritura sino la observación de aquello que normalmente pasa desapercibido, esa observación suya, tan acorde a algo personal e íntimo, reconstruye el detalle, lo razona, lo viste de una particular importancia y revela sorpresivamente el secreto de una repentina epifanía. Por haberme otorgado, a cada paso de su diario, las majestuosas maneras de lo minúsculo, yo me envuelvo en ella, siento que está allí a mi lado, contándome todas sus inseguridades, ingenuidades, pasiones arrebatadoras, remembranzas. La leí en inglés en “A German Pension”, y también me gustó. Supongo que no tanto como su diario, porq

el día de hoy

Hoy me levanté temprano y no dormí mucho por la noche. Estoy trabajando en unas solicitudes de empleo para Alemania. Necesitan toda mi atención. Me piden muchas cosas, unidades didácticas, cartas en alemán (esta las he hecho con ayuda), fotos de estudio. No tuve ganas de pagar a ningún estudio fotográfico, como tengo una buena cámara que me regaló mi padre la acomodé como pude y me puse la única camisa formal que tenía. Registrando mi armario me di cuenta que no tenía blazers ni chaquetas elegantes, también advertí  que casi toda mi ropa era vieja. Me sentí bien por no haber deseado durante mucho tiempo comprarme ropa. Saqué entonces esa camisa azul de Benetton que me regaló mi mamá en diciembre y como pude, después de secarme la pollina, me tomé una foto un poco artificial. No me gustaron las fotos que salieron, pero tenía prisa y las edité como pude para ponerlas en el currículo. Estoy contenta porque me he podido concentrar estos días. Había mandado una solicitud y no me llamaron

Aborto espontáneo

Mucho tiempo con ganas de crear una entrada. Estar en Alemania me ha alejado un poco de internet, de la vida que es vivida  con rápidez, al calor de los otros seres y sus voces y sus miradas. La soledad es para mí un tesoro, que aprecio, pero a veces se desplaza y se restriega y rueda como la pintura que se cae en el suelo, y la ves deslizarse con calma. Hace algunas semanas esperaba un nuevo bebé y hace exactamente 16 días lo perdí. No es una linda experiencia cuando de verdad has decidido por voluntad hacer un espacio en tu cuerpo, en tu tiempo, en tu vida, en todo lo que eres tú como ser individual para compartirlo con otro, para dárselo todo a otro, que será parte de ti y te hará feliz.  Fue hace 16 días pero pensé que eran más porque he tenido que estar en casa y se pierde un poco la noción del tiempo. Supongo muchas mujeres han perdido fetos en un aborto espontáneo, muchas muchas han tenido que saber que alguien ha muerto dentro de ellas, no de manera emocional, sino sentir q

Chavistas que no votaron por Maduro

Diálogo de los millones de Chavistas que no votaron por Maduro: Chávez te lo juro... ¿Chávez? ¿Chávez? ¿Dónde está Chávez? ...una voz de ultratumba que sale de la poceta: haaaaaaaa reeencarnadoooo en un pajariiiiiitoooooooooo... Ay no, a mi esa vaina de pajaritos no me gusta, (se queda pensando un rato y recuerda a Chávez con los angelitos allá con San Pedro, por supuesto, porque se fue el cielo y allí está jugando con los ponys, y los tres reyes magos...hasta que...luego, el ceño se le frunce, la imagen de Maduro aparece en su mente...)  ¿Que Maduro es el hijo de Chávez y hay que votar por él? Otra vez la voz: siiiiiiiiiiiiii....Y entonces ¿por qué no votamos mejor por el pajarito?, tú me vas a perdonar pero a mí Maduro me parece un bobolongo, La voz, otra vez, pero con un tonito que parece mamadera de gallo: Es tu líiiiiiiiiiiiiideeeeeeeeeeeeeeeer, ACÉPTAAAAAAAAAAAAALO, pero vamos a ver...¿No hubiese sido mejor que hubiesen puesto a Chávez de muñeco ventrílocuo en la silla presidenci

Mis bollos de azafrán

No voy a poner la receta pero quien esté interesado me escribe y le digo de dónde la saqué. Me encanta admirar últimamente la hermosa forma de los bollos que saco del horno. Creo que la belleza está en todas partes y mis bollos son, para mí, claro, son casi como mis hijos, los bollos más serafines del mundo.  Alemania es un sitio ordenado, bastante limpio, las casas están dispuestas en progresión de altura, no hay esa diferencia de forma, tamaño y material que podemos ver en América Latina. A veces lo improvisado y lo diferente que convive en un mismo sitio es lo más bonito del mundo, tal vez por eso los alemanes se consideran a sí mismos aburridos. Yo creo que habrá de todo, igual que en América Latina y en España existirá gente aburridísima.  En estas últimas semanas creo que van moviéndose muchas cosas a nivel mundial. Ya había empezado todo a arrancar desde que muchos jóvenes árabes se hartaron de aquellos dictadores que por décadas hacían lo que les daba la gana, hundiendo a la

Lista de fracasos cotidianos

Hoy parecía que me levantaba con el pie que no es. Ayer fue un día cansado y dormí mal. Las noches últimamente para mí son un trecho sin mucho significado que trata de ser descanso y se interrumpe frecuentemente por mis ganas de ir al baño. No sé qué me pasó, desde que estuve embarazada voy al baño una, dos y hasta tres veces por noche. Antes era la sensación de descontrol al tener a un recién nacido muy cerca de mí, la conciencia de ser una nueva madre, de que estuviese respirando, que el vientre se moviera. Luego los llantos, los berrinches exigiendo compañía, y ahora, que duerme plácidamente, yo sigo yendo al baño, sin saber mucho porqué, perseverando en la dolorosa costumbre del descanso interrumpido. Así todos los días y mi cabeza se merma, lo percibo. He dejado de recordar incluso nombres de personas que recién conozco (antes era infalible con esto); caras, novelas que leí, palabras en alemán a las cuales les dediqué un espacio precioso de mi tiempo en aprenderlas. Como vienen se

La mirada de las palabras

Pensando en las cosas chiquiticas, en los seres pequeños, las mujeres menudas con piernas delgadas, hijares puntiagudos. Supongo que lo más menudo en realidad es lo que pretende ser grande. Los mares sí son ininteligibles, por su inmensidad. Ellos sí. Pero se hacen los chiquitos con sus lenguetazos perennes. Las cosas chiquitas son para mí una palabra nueva aprendida en alemán. Es una cosita, claro, entre la inmensidad del lenguaje, entre las infinitas formas que permiten los elásticos materiales del tiempo del habla. Las cosas chiquitas, para los pobres, siguen siendo chiquitas, jamás van a ser grandes, aunque con ahínco junten un centavo, y otro, y otro. Es así para mí y la mirada que anhela poseer esa inmensidad, que es como los cinco océanos juntos, que está llena de palabras compuestas, que empiezan por SCH, nunca reparé, nunca, antes de venir a esta tierra sombría.

My first lady

El nombre de esta película me sonó en el momento en el que decidí hacer este post. Quiero desear a tuti mundache feliz año nuevo. Hoy me monté en el tranvía y empecé a mirar a la gente, en realidad los alemanes no son muy dicharacheros que digamos, no te miran a los ojos, esquivan a cualquier desconocido que quiera establecer un contacto con ellos. En esta jungla a la cual no pertenezco en lo más mínimo después de un año de convivencia he decidido pernoctar.  Me quedaré tal vez por la malsana ansiedad de saberme constante y triunfadora, ganándole el pulso al alemán (Este parece un plan de esos de los malos de los dibujos animados, falta que me brille el ojito). Me dio hoy un ataque de miedo;  pienso en los males del mundo y sus injusticias y  cualquiera se escuece en su salsa, yo siempre he querido ser supermana ( Aquí soy la buena de los dibujos animados), pero resulto ser una mieduca arrinconada por un idioma H.-P. Pues bien, decido pernoctar, de eso iba contan