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Mostrando las entradas de noviembre, 2007

La muchacha del parque

Merello/Retrato de Margot Andrea está sentada en un banco. El parque de los Lloviosos es frío, pero ahora está fresco y agradable, hay dos mujeres conversando: una se ríe de repente y la otra susurra cosas interminablemente mientras esboza sonrisas astutas, malignas. De repente; risas, carcajadas al unísono. Andrea piensa en la vida y su fugacidad, no quiere que se acabe nunca, no imagina cómo pudiera ser la muerte. Mira las hojas desnudas y desvalidas de las copas de los árboles que tiene enfrente, dos viejos están sentados en los extremos de un mismo banco. Hay brisa. Andrea siente envidia de las dos mujeres, quiere ser como ellas y divertirse, tener algo importante, interesante qué decir, se da cuenta que no hay nada que valga para ella en esos momentos. Un rato después un hombre apuesto desfila frente a la plazoleta del parque Lloviosos. Espera a alguien. Andrea lo mira, lo observa detenidamente y se da cuenta que su corazón, sin comprenderlo, se sobresalta; algún rasgo ha visto

Maturín: la ciudad donde hago voluntariado académico ( es decir, trabajo)

La ciudad; realmente no la conozco mucho, tiene muchos árboles, sobre todo mangales de hojas afiladas, verde aceituna. Hay una iglesia que es emblemática y es un punto obligado de referencia en el centro de la ciudad. Los supermercados de chinos son abundantes, están en todos lados, y hay más chinos que en cualquier otra ciudad de Venezuela, bueno, a mi parecer. A pesar de ser una ciudad venezolana aún en ella se puede respirar un aire de salubridad ciudadana. Esto más antes que ahora puesto que en mis escasas salidas he podido advertir con frecuencia individuos de corte malandril. A pesar de todo Maturín guarda aún un encanto, e incluso, por momentos me gustaría vivir en ella. Lo malo es que uno debe estar siempre donde estén los afectos y la verdad es que aquí no tengo ninguno. Me he desplazado ya de tantos sitios que empiezo a creer que no tengo lugar en ninguna parte. No sé cuándo es mejor mudarse, cuándo quedarse; por lo pronto y hasta ahora he llevado una vida algo errante. Supo

ÁRBOL ADENTRO. OCTAVIO PAZ

Creció en mi frente un árbol. Creció hacia dentro. Sus raíces son venas, nervios sus ramas, sus confusos follajes pensamientos. Tus miradas lo encienden y sus frutos de sombras son naranjas de sangre son granadas de lumbre. Amanece en la noche del cuerpo. Allá adentro, en mi frente, el árbol habla. Acércate, ¿Lo oyes? Tomado de Árbol Adentro. Octavio Paz. Seix Barral: 1990. Porque a veces los poemas valen más que mil palabras. Chávez debería escribir poesía ...

Escribir en Laptop, máquina, lápiz y papel

Hace algún tiempo vengo pensando en una incógnita ¿Dónde es mejor escribir? Esta pregunta es ambigua puesto que aquí puedo estar refiriéndome al sitio donde se escribe o la superficie donde se colocan las letras que forman palabras, las palabras que forman oraciones ,las oraciones que forman párrafos, capítulos, etc. Pero yo, tal como usted ha podido advertir en el título de este post, aludo al instrumento en donde se posan nuestros pensamientos lingüísticos. ¿Dónde, entonces? Me parece súper romántico escribir con una pluma fuente, en un montón de hojas blancas tipo carta, escribir mucho, cosas absolutamente geniales que salgan de buenas a primeras, no corregir, tenerlo todo en la cabeza, sin pestañar, uno, dos, tres ¡vua la! . Por ahí escuché que Vargas Llosa siempre escribe a mano en unos cuadernos. A Ana Enriqueta Terán no le gustan las computadoras y mucho menos las máquinas de escribir. Y Álvaro Mutis, mi poeta estudiado para poder licenciarme, no puede utilizar por nada del mu

Las perspectivas...

La vida es un prisma de muchos colores, creo que esta oración está trilladísima, pero de alguna manera ilustra la verdadera realidad, de la misma manera en que un cuadro intenta representar varias perspectivas aún y cuando la base de trabajo sólo contiene dos, de la misma forma la vida puede apreciarse dependiendo del punto de ubicación en donde nos encontremos, del color con que la miremos, del momento que vivamos, de la persona que tengamos al lado, etc. Lo que quiero ilustrar es algo simple: un mismo acontecimiento puede ser mirado por una persona o otra de una manera totalmente diferente ¿ Es nuevo lo que digo? Para nada, esto es más viejo que Matusalén. Yo sólo lo recuerdo porque aunque siento que no hay que ser conformistas, me cambian un poco las cosas cuando pienso que hay situaciones importantes que no pensamos y no agradecemos, es absurdo preocuparse por nimiedades idiotas, por cosas pasajeras, hay que hacer arte, ser feliz, vivir con la naturaleza y hacer el bien. Pd. : No

La historia de Nicolás

He decidido escribir algo sobre alguien que nunca conocí. No quiero ser una intrusa, realmente no creo que alguien me castigue por escribir esto, estoy siendo simplemente una persona que quiere exteriorizar de alguna manera el gran impacto que le produjo la lectura de una historia contada por su protagonista. No leí sus palabras en las páginas de un libro, sencillamente encontré su pista accidentalmente. Buscaba a Cortázar, me encanta Cortázar y he de admitir mi vicio y mi veneración hacia este autor argentino nacido en Brusselas. Rayuela, para qué negarlo, es uno de mis libros favoritos y sus maravillosos relatos han acompañado mi existencia desde que era adolescente y quedé fascinada con la lectura de La autopista del sur. Ayer entonces era el día de Cortázar y mi búsqueda por Internet, leí una entrevista suya ---muy amena, por cierto--- y pasé a saltar de página en página, hasta que encontré su biografía; salté, salté de página en página nuevamente y me fui a un relato de la revist

Sin saber qué hacer

Toda la vida he sido una persona indecisa. Según los astrólogos, las personas nacidas bajo mi signo (libra) no saben bien si ir por un camino o por otro. Sé que la vida esta marcada siempre por decisiones. Si decides algo tendrás que desechar las otras opciones que tenías, sufrirás las consecuencias o lo abandonarás, de cualquier manera la decisión acarrera trances y momentos, y por qué no,configurará la vida que se tiene ahora y la que se tendrá en un futuro. Decidimos siempre y somos infelices o felices porque hemos tomado las equivocadas o acertadas decidiones. A veces, llega un determinado momento en el cual no se sabe qué decidir: porque las opciones, todas, son muy buenas o porque por el contrario todas son muy malas. Ahora estoy pasando por ese trance, mi experiencia como profesora en la Universidad de Oriente ha sido realmente una decepción, no porque no me haya sentido a gusto en mis clases sino porque el sistema universitario venezolano es una absoluta basofia. Trabajar cin